En mi pueblo han puesto un comercio que vende suplementos dietéticos. Unos botes gigantescos que no sé muy bien quien compra, porque nunca he visto a nadie dentro de la tienda, ni entrar o salir de ella. Pero si está, es que la cosa tiene salida. Sin embargo, para quien hace ejercicio de intensidad moderada, con comer bien, es suficiente. Se lo oí decir a un médico. Esto es, que el suplemento suplementa. Y da por supuesto que uno ha comido lo que tiene que comer. Que no vale alimentarse a base de hamburguesas, cervecita, doritos tex -mex y bollería industrial, tomarse tres cucharadas de pro- structural protein y salir a correr seis kilometros pensando que vas a acabar más fresco que una lechuga. Me quedé pensando en la escuela. Muchísimos colegios llevan veinte años ingiriendo suplementos: pizarras digitales, proyectores, extraescolares de todo tipo, guarderías desde las siete de la mañana, permanencias hasta las siete de la tarde y cosas parecidas, y con el proyecto educat...
(o proponer sin tregua camelias sobre musgo)