Irrumpió en el despacho de la directora diciendo que tenía que subir al recibidor, que la estaban humillando y que ella no estaba dispuesta a pasar por aquello. Dirigió la mirada hacia la puerta y preguntó: - ¿Que ha pasado? (error número 1, ¿a quién se le ocurre preguntar qué ha pasado a una persona que está tan enfadada que no puede contar lo que ha pasado sino lo que está sintiendo?) - ¡Ya te lo he dicho! Hay una madre que está poniendo en tela de juicio mi trabajo y quiero que subas a defenderlo, que creo que es lo que tiene que hacer una directora. Subió (error número 2, no intentar calmar a la profesora). Con la profesora (error número 3, considerar que una directora es, por encima de todo lo demás, el "primo de Zumosol" de los profesores que se sienten humillados). Y se encontró en el recibidor con una mujer asustada, que terminaba de secarse las lágrimas y a la que la profesora retaba a que repitiera delante de la directora lo que acababa de decirle a ella...
(o proponer sin tregua camelias sobre musgo)