- ¿Qué ha dicho el de Historia?
- No sé. Es un rollo. Yo desconecto en cuanto empieza a hablar.
No es lo mismo comunicar bien que mal. Las palabras no son indiferentes. Secuenciar palabras adecuadas, silencios oportunos, miradas cercanas y sonrisas de complicidad es un arte que los profesores tenemos que aprender. Casi más importante que el qué (contamos) es el cómo (lo contamos).
Las palabras, y sus hermanos los silencios, cambian la realidad.
Las palabras cambian el mundo.
¿Y a qué otra cosa podemos aspirar (los maestros)?
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