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Mostrando entradas de 2014

¿Para qué está la escuela cristiana?

Leí el otro día en la prensa que Joana Ortega, Vicepresidenta del Gobierno de la Generalitat de Catalunya, se educó con (no estudió en ) las monjas del Sagrado Corazón de Sarria, "un centro que acoge a los cachorros de la clase media barcelonesa, fundado por la Congregación del mismo nombre en 1846, donde el catalanismo es casi una asignatura más". Ya sé que los ojos se nos van a lo del catalanismo. Con la que está cayendo, a lo mejor pensamos que las convicciones de Joana Ortega, o las de Artur Mas, nacieron de la escuela cristiana catalana (viendo el ideario del Sagrat Cor de Sarria, no es extraño). Pero yo quiero poner el ojo en lo otro, en el hecho de que la escuela católica sea para tantos un sitio para gente acomodada, que busca en un colegio el nivel académico, la disciplina y la "seriedad" (¡qué poco nos reímos en la escuela!) para consolidar el acomodo. ¿Cuándo pasó? ¿Cuándo las escuelas fundadas para enseñar a leer y a escribir a los niños pobres de

Daniel, 16 años, Avilés

Me llamo Daniel. Tengo 16 años y vivo en Avilés, con mi prima Ana y con mis abuelos, De mis padres solo se que están en un sitio donde no les puedo ver. Cada cierto tiempo recibo en mi casa visitas de Asuntos Sociales. Gente que dice cosas que no entiendo, y algunas cosas que sí entiendo. Entre ellas, que dentro de dos años me las tendré que apañar yo solo. Por las mañanas leo el periódico que dejan en el pasillo del Colegio. Hoy he visto que Paul Gasol ha entrado en la historia de la NBA, al anotar no sé cuántos miles de puntos. Y pararon el partido y le dieron un premio. Me pregunto si alguna vez entraré yo en la historia. En alguna historia. La semana pasada pegué a mi abuela. Los mismos demonios que me habitaban cuando lo hice, luego no me dejaron dormir, y cuando a la mañana siguiente llegué al Colegio no podía parar de llorar, ni de gritar que quería morirme allí mismo porque había pegado a mi abuela, y mi abuela es una buena persona, y me quiere. Mi tutor se quedó conmigo todo e

Irakaslea naiz

“Vosotros siempre os laváis las manos”, le dijo una señora a la tutora de su hijo de doce años, delante de los padres y las madres de todos los demás, entre los cuales estaba yo. Y el caso es que la tutora no se había lavado las manos en nada. Solo estaba explicando que, una vez que un niño llega a 1º de la ESO, es conveniente hacer cosas que refuercen su autonomía. Por ejemplo, es más autónomo aquel chaval que se sienta a hacer deberes él solito que aquel al que sientan a hacer deberes. Y más autónomo aún es el que hace sus tareas porque es bueno repasar lo trabajado en clase, que aquel que los hace porque al día siguiente se los vaya a revisar la profesora. A mí aquella contestación me pareció una falta de respeto. Y de las gordas. Pero claro, en un país el que decir a unos agentes de la Guardia Urbana que son “una vergüenza” (que es lo que hizo Piqué) solo es falta “leve”, me entran dudas. De cualquier manera, falta de respeto o no, leve o grave, me parece que el prestigio

Cada loco con su tema

Estos días tienen lugar en los colegios de toda España las tutorías con padres de comienzo de curso. A la que yo fui, como padre, nos recibieron diciendo que esperaban no vernos mucho por allí, que eso sería buena señal. Quien piensa que no verse mucho, padres y maestros, es algo bueno, cree que los padres sobran en la escuela: padres, en su casa, maestros en la escuela. Cada loco con su tema. Usted lo educa y yo le enseño. Qué pena.

Cuestionar lo cuestionable

No hay demasiado debate sobre este problema de  lo insuficiente. En cambio, usamos mucho la palabra, y su contraria: no tenemos tiempo suficiente, no estudian lo suficiente, no tenemos suficiente autonomía, los recursos que tenemos sin insuficientes...  ¿Suficiente? ¿Insuficiente? Según para qué. Hacer una lista de las cosas que hacemos y que nos parecen incuestionables y empezar a cuestionarlas podría cambiar nuestra percepción de los que es suficiente. Empiezo yo: 1. Hacer exámenes escritos. 2. Hacer tantos exámenes y pruebas escritas, a tantos alumnos. 3. Poner deberes (y corregirlos luego en clase, claro). 4. "Dar" la clase. Solo da el que tiene, y los profesores ya no tenemos (todo). 5.  Llamar "materia" a los contenidos. 6. Correr para "terminar materia". 7. Hacer clases "teóricas" (¿que es eso?)  8. Tratar a todos los alumnos "por igual" (ellos nunca han sido iguales, y ahora, cada vez son menos). 9. "Ir&quo

Buena gente

Ya sabéis que Hipócrates definía a los médicos así: hombres buenos (en la Atenas del siglo V antes de Cristo las mujeres no ejercían la medicina) peritos en el arte de curar. Expertos, sí, pero primero, buenas personas. Yo me apropié de la definición y la aplico a los maestros, y digo que tienen que saber de educación, claro, y estar al día de las cosas, también. Pero primero de todo, ser buena gente. Lo mismo dicen otras personas al hablar de profesionales de otros ámbitos. A Juanma Lillo, que entrena al Millonarios de Bogotá, le preguntaban si había rechazado el fichaje de un delantero por haber sido este condenado tres años atrás por cuatro delitos de agresión sexual a mujeres. Y he leído que dijo que para ponerse la camiseta de su equipo, además de saber jugar al fútbol, hay que ser bueno, "en todos los sentidos que tiene el adjetivo". Y si la bondad es consustancial al ser humano, si todo el mundo es bueno... ¿por qué tantos insistimos tanto?

El sitio de los maestros

¿Cuál es el sitio del profesor en el Colegio? ¿El aula, el patio o la sala de profesores, o todos? ¿Y el del director (que, esté donde esté, y a juicio de muchos, "nunca está en su sitio")? ¿ No creéis que, más que en su despacho, el director debería estar en el aula, con otros profesores, o en el Ayuntamiento, o en la empresa de tornillos de enfrente de la escuela? Pues si contestar a esto es difícil, más aún contestar a la pregunta por el lugar de los profesionales de la docencia en la sociedad. He leído que, para algunos, los maestros tienen que ser profesionales "de vanguardia". Supongo que todo el mundo entiende lo que eso significa. Estar delante, abrir caminos, decir por dónde hay que ir (la cosa es a dónde). ... Pienso en el fútbol (después de jugar un partido de Champions siendo del Athletic a ver en qué voy a pensar), y los que juegan en vanguardia son los delanteros. Los que meten goles. Hacen tanta falta que por ellos, en el fútbol de hoy, se pag

La velocidad (y el tocino)

Recuerdo que cuando apostamos por introducir en el Colegio un tercer idioma como lengua vehicular nos encontramos con muchas resistencias. Una, que compartían algunos padres y las maestras más veteranas, era que se retrasaría el momento en el que los niños aprenderían a leer. Argumentaban que el Centro estaba muy bien colocado en el ranking (no sé en qué ranking), y que éramos de las pocas escuelas en la que los niños pasaban a Primaria sabiendo leer. También recuerdo que unos padres nos denunciaron porque, llegado el momento en que correspondía según el programa, los alumnos de cuarto de Primaria no habían "dado"el aparato excretor, y que la Administración Educativa movilizó dos inspectores durante muchas horas para encontrar la razón del desfase. Dice Roger Schank , y tiene razón, que la velocidad no es un parámetro que deba influir en la educación. Que aprender haciendo es más lento que aprender memorizando, pero más seguro, porque al menos se aprende, y memorizando no

La memoria

En Geografía, las cosas de las que mejor me acuerdo son aquellas en las que menos memoria he aplicado. Gracias a mi afición al fútbol y a coleccionar cromos recuerdo que Cieza está en Murcia (allí nació Camacho), que Mollerussa está en Lleida (llegaron a jugar en Segunda), que La Carolina está en Jaén (allá hay una peña del Athletic), que Alcázar de San Juan está en Ciudad Real (Manolo Delgado es un bilbaíno que nació allí, y que llegó a ser preparador físico de la selección española), que Andoain está en Gipuzkoa (allí nació Esnaola), que los mejores jugadores franceses, como Tresor, no habían nacido en la Francia continental sino en territorios que tenían que ver con ella, como Guadalupe (era su caso), Martinica o la Guayana Francesa, que Hamburgo (con Keegan fueron un equipazo) es el puerto más importante del norte de Europa, que Goteborg (hicieron historia ganando dos Copas de la UEFA) está en Suecia, que el Turín de Platini y el Milan de Capello representaban en Italia el norte po

Enseñar en un colegio en como pintar la fachada de una casa enorme

Me gusta la manera en la que Peter Greene describe lo que es enseñar: como pintar la fachada de una casa enorme. Nunca tienes pintura suficiente. Cuando llegas a alguna parte de la casa, resulta que la madera está estropeada y no se puede pintar directamente. Cada hora llega un supervisor y te pide que bajes de la escalera y le digas por qué no progresas con más rapidez. Algunos días, además, hace un tiempo terrible, y entonces, con todo tu arte, y tus habilidades y tu experiencia, haces lo que puedes.  Luego vienen lo que saben más que tú y te dicen que trabajes sin escalera. También vienen los que te cogen parte de tu pintura para asegurarse de que la pintura vale, y tú te quedas sin pintura. Y están también los que se presentan después de haber acabado el trabajo y dicen a los viandantes: "¿Ves lo bien que ha quedado esa parte? Pues es porque se han seguido mis instrucciones". Y están los que, una vez que el trabajo se ha completado, dicen: "Eh, te has dejado ese t

tres minutos y medio de inspiración

No consigo entender por qué a los adolescentes le gusta tanto "El club de los poetas muertos". A mi me parece una película lenta, en la que todo pasa en escenarios oscuros, que pertenece a una época en la que ninguno de ellos han vivido y que representa a alumnos con uniforme victoriano y a profesores con corbata, tan lejos de la pinta de sus institutos multicolor. A lo mejor les gusta porque habla de chavales enfrentados a sus padres, que les dan la educación pero les niegan los sueños, a ver cómo se come eso. A lo mejor es porque habla de profes diferentes, que hacen cosas que nadie espera, como  pedirte que arranques las páginas correspondientes a la introducción , con lo que cuestan los libros de texto. En lo que a mí respecta, sólo por regalarme esa interpretación, sólo por inspirarme la idea de que los profesores podemos cambiar el mundo, empezando por cambiar lo que hacemos, Robin Williams merece el Óscar que Dios le estará entregando en estos momentos.

La vereda y el furgón de cola

El otro día leí en el correo un reportaje sobre Froilán Marichalar. Sus padres han decidido enviarlo este verano a un internado, al parecer, para "meterlo en vereda". Qué empeño, jolín. ¿No se puede ir campo a través? Yo creo que hay muchas maneras de aprender. Una de ellas puede ser aprender "campo a través". Empeñarnos en lo contrario, obligar a todos a ir por la misma vereda, nos condena, también en la escuela, a muchas frustraciones. Una, reconocer que no podemos atender en el mismo tiempo y en el mismo espacio a alumnos que aprenden cada uno a su manera. Dos, pensar que hay alumnos que no quieren a aprender. Tres, pensar que las aulas de excelencia permitirán a los listos aprender sin la rémora que son los tontos, y que las aulas de diversificación curricular permitirán a los del "furgón de cola" (tristemente, así llamaba el autor del reportaje al lugar en el que viajan en el sistema educativo los niños como Froilán) aprender sin el complejo de tene

Tres maestras felices

Hoy voy a contar la historia de tres maestras felices. Felices hay muchas, hoy, porque están de vacaciones. Pero yo hablo de la otra felicidad. La primera de estas maestras es Karmele. Era una adelantada a su tiempo. Sabía que las destrezas de los niños no encajan en un programa basado en el "lo sabes o no lo sabes" y en la escuela primaria les invitaba a desplegar su creatividad. Ana iba y venía de clase con telas, cartones y pinturas. Nunca tenía deberes. Terminó la Primaria sin hacer ni un examen. Luego en la ESO suspendió dos o tres. Un par de ellos en Bachillerato. Ahora está en la Universidad, es entrenadora, nada mientras baila o baila mientras nada, según se mire, canta y toca el piano. Karmele la oía cantar el viernes pasado, siete años después, en la Audición de la Escuela de Música. Y en su sonrisa leí, a lo mejor son cosas mías, que aquella manera de enseñar poniendo por delante los niños y por detrás el jodido programa, fue una decisión cargada de futuro. La

El mejor maestro del mundo

Lograr resultados excepcionales en el aprendizaje de los alumnos. Ser reconocido por la comunidad por su empeño en ser maestro, también, fuera de los confines del aula. Y servir de ejemplo a los demás docentes por participar en programas de ayuda a los que más lo necesitan. Tres condiciones para ser un maestro excelente. Quizás, el mejor del mundo . ¿ Quieres proponer a alguien ?

Si tus clases no son emocionantes...

¿Cuánto tiempo le hace falta a uno para darse cuenta de está delante de un profesor excelente ? Es bueno que los profesores recordemos que cuando lo que planteamos a los alumnos no es interesante -y no tiene por qué ser interesante- el interesante debes ser tú.

¿Dónde está Eslovenia?

Si las familias de nuestros alumnos siguen las noticias, en lo relativo a la educación no reciben más que imputs negativos: O sea, malos rollos. Oyen que en España la educación es un desastre, que el fracaso escolar es altísimo y que en la clasificación mundial de enseñanza estamos decimoséptimos, o por ahí, detrás de Eslovenia, que a ver quien sabe dónde está Eslovenia. Además, escuchan a los profesores quejarse. Y a algunos los ven manifestarse detrás de una pancarta los miércoles a la puerta del Colegio. Si encima sus hijos sacan malas notas, ¿qué noticias buenas tienen de la escuela? ¿No habrá que hacer algo? ¿Por qué no nos replanteamos desde la escuela nuestra relación con las familias? ¿Por qué no les reunimos para decirles que, oigan lo que oigan de la LOMCE, de Wert, de las becas, y de PISA, nosotros estamos encantados de ser maestros y tenemos un proyecto estupendo para ellos y sus hijos?

¿En qué escuela caben los que saben?

Como si quisiera responder a mi post de hace unos días, Jose María Romera escribe en El Correo del viernes 25 de abril acerca de competencias docentes. "Un buen profesor - dice Romera- debe saber de lo suyo, sean matemáticas, literatura, biología o griego (...) Los que más saben son los que mejor enseñan, entre otras cosas porque transmiten el amor por el conocimiento". Ojalá, digo yo. Ojalá los que saben transmitan amor por saber. No siempre es así. Saber no implica saber enseñar. Saber mucho debiera ser el primer paso para darse uno cuenta de que, en realidad, sabe más bien poco. Esa humildad intelectual le llevaría después a seguir estudiando siempre. Para aprender el camino por el que se conquistan las ganas de aprender de los demás (no olvidemos que no todos los niños vienen con ellas de casa). La aportación de Romera, sin embargo, apunta a una realidad sangrante: si lo primero es el cómo, a ver que pasa con el qué. Si poder dar la clase de sociales en inglés, o

Ingenieros y maestros

Ignacio González, presidente de la Comunidad de Madrid, expresó que podría pedirse al Ministerio de Educación que distintos titulados universitarios dieran clase en Primaria sin pasar por Facultades de Educación. Algunos piensan que él ya sabe que pedir esto es una barbaridad, pero que no trata de abrir el debate sobre qué formación es necesaria para ser maestro, sino solucionar un problema: como para mantener los programas bilingües puestos en marcha por la Comunidad no había maestros suficientes con titulación en inglés, contrató a docentes nativos obviando los procesos establecidos de selección del profesorado. Y ahora se trata de legitimar esa experiencia, ampliándola. Si alguien cree que un ingeniero de caminos puede ser maestro, yo digo que enseñar a veinticinco niños juntos a aprender a aprender es más difícil que hacer una carretera. Sin vocación de servicio público se podría diseñar el trazado de una autovía, a lo mejor. Pero si no tiene uno vocación docente, no aguanta ve

Manzanas y niños

He asistido varias veces a reuniones de Junta de la AMPA en las que algún padre, llegado el momento de los ruegos y preguntas, reclamaba al Colegio que expulsara a chavales con comportamientos indeseables. Argumentaban desde la teoría de las manzanas podridas. ¿La habéis oído alguna vez? Esa teoría dice que una manzana pocha puede estropear a las otras manzanas con las que comparte la cesta, mientras que a la inversa no puede darse el proceso: una manzana, por muy sana que esté, no sana a manzana pocha alguna. Pero la práctica me dice que un niño se parece a una manzana igual que un topo se parece a un kiwi. Aportaré una experiencia: Edu, repetidor habitual hasta 4º de la ESO, dormido todas las mañanas por el porro de las 7:30 y el acostarse a las tantas, traficante ocasional, se sacó el Graduado porque Maitane, la "primera" de la clase, lo encantó con sus ojazos verdes, le dedicó los recreos de todo el año y lo puso más en su sitio de lo que nunca consiguieron su madre ni

Lo fácil y lo difícil

No hay niños difíciles. Hay niños a los que se les hace difícil venir a la escuela, atender a nada 50 minutos sin moverse, jugar con otros sin pegar, ir a sus casas por la tarde. Hay profes a los que se les hace difícil trabajar con estos niños, o con otros. No les queda otra que aprender a enseñar a esos niños, también. Con más horas lectivas de las que se puede impartir con un mínimo de calidad, sin prestigio social ni más reconocimiento que el de sus amigos...  aprender a enseñar Nadie dijo que fuera fácil. Pero tiene sentido. Y se puede leer en la mirada de aquellos niños.

Cambiar la mirada

Innovación y creatividad suenan a los oídos de muchos en la escuela como lo que haríamos los maestros si no tuviéramos que solucionar los marrones de cada día. Y no, innovación y creatividad es lo que hay que poner en juego para solucionar los marrones de cada día.

¿Dónde está el Director?

¿Dónde está el Director?, preguntaban los profesores por los pasillos. En su intento por estar en todas partes, nunca estaba donde lo necesitaban. ¿Para qué está el Director?, se preguntaba el Director cuando interrumpían una reunión en su despacho preguntando dónde estaba el alargador (se ha escrito mucho acerca de si el lugar de los alargadores de corriente es el despacho de dirección, así que no voy a repetir argumentos). Dónde y para qué está el Director, o el Jefe de Estudios, o el Coordinador, son algunas de las preguntas que nos hicimos estos días reflexionando sobre personas y escuela con Roberto Escudero, en Aiete. De contestarlas a tiempo depende la salud de los directivos. Y de la escuela. Así que a preguntar. Y a responder. Gracias, Roberto!

The problem we all live with

Es una suerte compartir tiempos de aprendizaje con Amparo Escamillas. Seguramente, es una de las personas que más sabe de competencias básicas, de inteligencias múltiples y de aprendizaje cooperativo. Pero lo que sabe no es lo más importante. Porque algunos que saben mucho te apabullan de tal manera con sus argumentos que te hacen sentir minúsculo. Amparo no. Ella sabe lo que sabe porque lo que piensa, lo que lee y lo que escribe lo lleva a las aulas, a ver cómo sale. Y luego nos lo enseña. Amparo no nos dice lo que tenemos que hacer, sino lo que podemos hacer para disfrutar más de ser maestros. Por ejemplo, mirar un cuadro maravilloso. Gracias, Amparo.

Cambiar, hay que cambiar

En la escuela, cambiar, hay que cambiar. Primero, porque si seguimos haciendo las mismas cosas seguiremos obteniendo los mismos resultados. Y de resultados no debemos ir muy bien, porque yo veo a mucha gente descontenta con cómo le salen las cosas (no, no le estoy dando la razón, señor Wert, no hablo de esos resultados, ni del cambio que usted propone). Segundo, porque si cambian los otros, cambiamos nosotros. Si cambian los alumnos y los padres, y vaya que si cambian, cambiamos los maestros. Y tercero, porque hay que hacer las cosas como Dios manda. Esta semana nos preguntaba Pagola: ¿qué decía Jesús que había que hacer ? El evangelista Marcos, que hubiera sido telegrafista de haber nacido diecinueve siglos más tarde, por su gusto por lo escueto, lo deja bien clarito: - Convertíos Para empezar. "Y de lo demás (creer la Buena Noticia, anunciarla por ahí, curar enfermos, ser perfectos...) ya hablamos luego". De que dijera esto último no hay constancia histórica, pero

reflexivos...

Lo que he leído estos últimos días me hace seguir pensando en nosotros, profesores, en clave de DESARROLLO PROFESIONAL. No como alguien que ha llegado, sino como  aprendices activos implicados en la preparación, observación y reflexión sobre su tarea docente . En la ponencia que tuvo en el VI Congreso Internacional sobre dirección de centros educativos, celebrado en Deusto en 2013, Clemente Lobato, profesor de la UPV, citaba este antiguo cuento de Colonia (Alemania), en el que los protagonistas son  Toenis y Schel : - ¡Cuánto me gustaría ser un pájaro! - Y, ¿por qué quieres ser un pájaro? - Porque así podría volar. - Pues yo, entonces, me gustaría convertirme en dos pájaros. - ¿Por qué en dos pájaros?. - Pues, porque entonces yo podría observar cómo vuelo. - Pues yo quisiera convertirme en tres pájaros. - Y, ¿por qué? - Porque entonces yo podría volar detrás de mí y observar cómo observo cómo vuelo. - ¿Ah! , entonces a mí me gustaría convertirme en cuatro