Ir al contenido principal

Entradas

Mostrando entradas de agosto, 2016

Lo que se aprende de otros. 1, de los médicos nutricionistas

En mi pueblo han puesto un comercio que vende suplementos dietéticos. Unos botes gigantescos que no sé muy bien quien compra, porque nunca he visto a nadie dentro de la tienda, ni entrar o salir de ella. Pero si está, es que la cosa tiene salida. Sin embargo, para quien hace ejercicio de intensidad moderada, con comer bien, es suficiente. Se lo oí decir a un médico. Esto es, que el suplemento suplementa. Y da por supuesto que uno ha comido lo que tiene que comer. Que no vale alimentarse a base de hamburguesas, cervecita, doritos tex -mex y bollería industrial, tomarse tres cucharadas de pro- structural protein y salir a correr seis kilometros pensando que vas a acabar más fresco que una lechuga. Me quedé pensando en la escuela. Muchísimos colegios llevan veinte años ingiriendo suplementos: pizarras digitales, proyectores, extraescolares de todo tipo, guarderías desde las siete de la mañana, permanencias hasta las siete de la tarde y cosas parecidas, y con el proyecto educat

La historia de un maestro (los alumnos)

Llegada una edad, cada maestro puede ya contar su historia. Al menos, algún capítulo. El capítulo uno de mi historia es el de los alumnos que me llevaron al límite de mi competencia. Gracias a ellos supe que tenía más habilidades de las que creía. Estaban sepultadas debajo de conocimientos inútiles. Vanessa me preguntaba lo que yo no sabía. Y se lo intentaba explicar. Josemi siempre estaba en desacuerdo con lo que yo decía. Con todo lo que decía. Y me empeñaba en presentar las cosas de otra manera, a ver si así... Urko se saltaba cada norma. E intenté hacerme colega suyo. Rocío no tenía ningún interés en casi nada. Lo importante de su vida no se jugaba en el colegio. Y no me di cuenta de ello en todo el año que compartí con ella. Vanessa, Josemi, Urko y Rocío son cuatro tipos de alumno que todo profesor termina encontrándose, en algún momento de su carrera. Los alumnos Vanessa me enseñaron a contestar "no lo sé" cuando no sabía la respuesta. A buscar, cuando la

Cuadernos santillana

Cuando veo a niños haciendo deberes en verano me digo: esto no funciona. No me refiero me refiero a leer, cosa tan sana así en verano como en invierno, sino a deberes de los de verdad, de los de cuatro páginas diarias del cuaderno santillana. Cuando veo el miedo de los padres a que sus hijos acaben engrosando las filas de los del llamado "fracaso escolar", condenados al infierno de vagar sin rumbo por la selva de la adolescencia, me digo: esto no funciona. Porque no se puede educar con miedo. Y cuando leo que sólo un tercio de los niños reúnen las habilidades idóneas para un entorno escolar convencional , me digo que esto , lo que no funciona, es la escuela que tenemos. Por eso hay que cambiarla.

Muchas veces las brujas son dignas de salvación

Cualquier maestro debe esforzarse por ayudar a sus alumnos a comprender la diferencia entre las apariencias y la verdad. En Primaria y en Secundaria. Ya dé clases de matemáticas o de religión. En particular, en las cosas que guardan relación con el comportamiento humano. - ¿Ves esto? Pues no es lo que parece. Una buena manera de hacerlo sería leyendo un libro. Hay cosas que son tan verdad que a ellas solo se puede llegar con novelas, y con cuentos. Y hay libros que son tan de verdad que cuando los has terminado sigues mirando detrás de lo que dicen, a ver qué más "quieren decir". Siempre escuchando a los del Equipo Directivo hablar de innovación... ¿Os imagináis a la de mate diciendo el libro que vamos a leer este año? ¿Os imagináis al equipo docente de 6º, o de 1º o 2º de la ESO, decidiendo juntos el libro (uno solo, entre todos, y no tres, y sólo en las asignaturas de lengua) que van a proponer leer este año? Las dos cosas son innovación. Pura y dura. Propo