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Mostrando entradas de noviembre, 2020

La peste

Si hubiera trabajado como profesor de Secundaria durante el confinamiento, aunque fuera de Matemáticas, habría leído La peste con mis alumnos.     Eso si que hubiese sido innovador, ¿no creéis? Un profe de mate leyendo novelas...  Algún padre o algún Jefe de Estudios se rasgaría las vestiduras, pensando que los alumnos pierden nivel, que no se da el programa... Es posible. Y asumiría la reprimenda.  Pero a lo mejor, solo a lo mejor, hubiese ayudado a pensar en cómo conduce uno su vida en mitad de una pandemia. Particularmente, en esos momentos en los que, viendo luz al final del túnel, o sin verla, pero hartos de tanta oscuridad, se apuntan a celebrar lo que sea.   Así termina La peste: oyendo los gritos de alegría que subían de la ciudad, Rieux tenía presente que esta alegría está siempre amenazada. Pues él sabía que esta muchedumbre dichosa ignoraba lo que se puede leer en los libros, que el bacilo de la peste no muere ni desaparece jamás, que puede permanecer durante decenios dormi

El hijo de la barrendera

Estos son Pablo y sus colegas. En apariencia, un grupo de adolescentes como los demás. Pero las apariencias engañan, eso lo sabe todo el mundo. Pablo y sus colegas son la dignidad. Detrás de sus pendientes, sus sudaderas, sus capuchas y sus mascarillas de colores hay una educación de élite. De esa que se recibe, no en colegios de pago, sino en muchas casas obreras. En las que se enseña a los hijos lo que vale un peine, lo que es decente y lo que no, y por qué motivos hay ensuciarse las manos, o el expediente.   Estos chavales salieron el domingo en Logroño a la calle a barrer lo que otros habían roto por la noche. Pablo explicó muy bien el por qué porque Pablo sabe perfectamente qué le pedía la vida ese día y a esa hora. Hay que ser muy bien nacido y estar muy bien criado para plantarse delante de la prensa y decir mi madre es barrendera, y se desloma para traer un plato a casa. Y esto lo barremos nosotros, porque ya está bien. Y eso, un saber estar decente, digno, y no las buenas nota