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La mirada del miedo

Dice César Bona que muchos padres se sienten perdidos cuando el maestro no sigue el libro de texto. Y yo he visto cómo esa sensación termina, algunas veces, con una protesta ante la Dirección del Colegio.

He observado, además, que algunos padres se enfadan cuando los profesores no siguen el programa de la asignatura. Dicen temer que sus hijos no avancen como deben, que no aprueben las pruebas externas de diagnóstico o que no alcancen el nivel que deberían.

Y padres que protestan cuando algún alumno especialmente movido (suelen referirse a ellos como manzanas podridas, que hay que tener la sensibilidad no sé dónde para llamar a un niño manzana podrida) no deja al resto de los alumnos avanzar como debieran.

Y padres que protestan de manera vehemente cada vez que en el Colegio rehacen las clases a las que están asignados sus hijos.

Y padres que se enfrentan al tutor y a la dirección porque han sancionado injustamente a su hijo.

Si prestáis atención a las reuniones de padres de estos días a lo mejor podéis añadir a este catálogo algunos items más.

Tanta mala leche solo se explica si ves la realidad desde el miedo. Miedo a que mi hijo no llegue, miedo a que no aprenda, miedo a que no sepa, miedo a que lo marginen, miedo a que lo traten mal, miedo a que pierda a sus amigos.

Y miedo es lo último que tendríamos que sentir cuando llevamos a nuestros hijos a la escuela.

¿Qué estamos haciendo mal?




Comentarios

  1. Que estemos haciendo algo mal, es seguro. Todavía la enseñanza está en manos de humanos y tenemos la peculiaridad de fallar; cuando la lleven los robots tendrán otros errores, menos humanos seguro.
    El miedo de los padres también es normal, nos dejan en las manos lo más preciado que tienen. Y a la vez es irracional, difícil de erradicar sólo con razonamientos.
    Los humanos también tenemos tendencia a criticar lo que hacen los otros, ya seamos padres, profesores u otras profesiones. Y la inmensa mayoría de las veces tendemos a esperar en otros que se haga mal, aquello en lo que fallamos nosotros mismos. Padres son muchos por aula y profesor uno en cada materia...
    Y los niños también pueden contar la feria según les va, sobre todo los mayorcitos que ya practican la picardía.

    La convivencia siempre ha sido difícil, incluso entre personas que se eligen.
    No lo va a ser menos en el aula en la que se unen muchos estamentos.
    Es una labor exquisita porque el producto son personas.
    ¡Qué gran labor tenemos padres y educadores, un gran reto!

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