Oigo a todo el mundo felicitarse porque la Filosofía vuelve al curriculum escolar en 4º de la ESO y en 2º de Bachillerato.
También oigo felicitarse a los que la quitaron, qué cosas.
La razón por la que están tan contentos, en cambio, es de una simpleza extrema. Tertulianos, opinadores y políticos dicen que no podía seguir en una situación marginal "la asignatura que enseña a los alumnos a pensar".
Pensar es muy importante. En tiempos de pantallas que te roban el trabajo de pensar, más. Pero no hay asignaturas que te ayudan a pensar más que otras, sino profesores que enseñan a pensar y profesores que no. Por ejemplo, hay profesores que enseñan a repetir contenidos. De estos, algunos dicen que está mal la respuesta a una pregunta del examen porque no está dicho "como en el libro". Hay profesores que no tienen tiempo de enseñar a pensar porque tienen que acabar el programa. Y, lo peor, hay profesores que no enseñan a pensar porque ellos tampoco piensan, sobre su práctica docente, o sobre lo que la realidad le pide a "su" asignatura.
Entre estos, también hay profesores de Filosofía, que no enseñan a pensar porque hay que "dar" cinco autores, que son los que entran en Selectividad.
Al sistema, de arriba abajo, le sobran asignaturas.
Y le faltan maestros y maestras que enseñen a pensar.
También oigo felicitarse a los que la quitaron, qué cosas.
La razón por la que están tan contentos, en cambio, es de una simpleza extrema. Tertulianos, opinadores y políticos dicen que no podía seguir en una situación marginal "la asignatura que enseña a los alumnos a pensar".
Pensar es muy importante. En tiempos de pantallas que te roban el trabajo de pensar, más. Pero no hay asignaturas que te ayudan a pensar más que otras, sino profesores que enseñan a pensar y profesores que no. Por ejemplo, hay profesores que enseñan a repetir contenidos. De estos, algunos dicen que está mal la respuesta a una pregunta del examen porque no está dicho "como en el libro". Hay profesores que no tienen tiempo de enseñar a pensar porque tienen que acabar el programa. Y, lo peor, hay profesores que no enseñan a pensar porque ellos tampoco piensan, sobre su práctica docente, o sobre lo que la realidad le pide a "su" asignatura.
Entre estos, también hay profesores de Filosofía, que no enseñan a pensar porque hay que "dar" cinco autores, que son los que entran en Selectividad.
Al sistema, de arriba abajo, le sobran asignaturas.
Y le faltan maestros y maestras que enseñen a pensar.
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