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Sobre el arte de leer

Que leer es un arte, y no una simple mecánica, como nos recuerda Gregorio Luri en este ensayo sencillo y magnífico, es lo que nos muestra que lo realmente innovador en la escuela es que los maestros lean a los niños en voz alta, como hacía Monsieur Germain con Albert Camus y sus compañeros, cada tarde.

Que leer no es algo natural, como lo es hablar, nos enseña lo necesarios que son los maestros, porque "la lectura es la primera destreza que debiera asegurar la escuela".

Hace unos días, en unas jornadas de formación con maestros, uno de ellos decía que el primer reto que debe afrontar la escuela es el de la digitalización. No es culpa suya. El Gobierno de su Comunidad Autónoma viene exigiendo a los maestros un número ingente de horas de formación en esa materia. La cosa es para qué, si, como dice Luri, lo que tienen que hacer los maestros en clase no es hablar menos, y que los niños se arreglen entre ellos, o con sus pantallas, sino hablar más. Hablar mucho, y sobre todo, hablar muy bien.



Y finalmente, y porque sin contexto no se entiende el texto, los maestros tienen que facilitar contextos. Esto es, poner los conocimientos en su sitio: el medio.

Lo que tenéis que hacer los maestros este verano es leer sobre el arte de leer. Un libro especialmente pensado para ser leído en verano.

Con un lápiz en la mano, eso sí.


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Contra el pedagogismo

Lo mejor de la entrada de la innovación en la escuela es que los maestros descubrimos que las cosas se pueden hacer mejor, y no igual que siempre. Lo peor, que muchos acabamos pensando que todo lo nuevo es bueno, y que lo anterior es malo. Estábamos perdiendo el equilibrio y tocaba recolocarse. Este ensayo de Alberto Royo ayuda a recuperar el equilibrio.  Nos recuerda que la escuela está para enseñar y que a la escuela se va a aprender: " el profesor ha de servir al conocimiento, y ser la vía de transmisión hacia el alumno ".  Dos cosas que se nos estaban olvidando, de tanto poner la felicidad en el apartado de los objetivos de la escuela, y de tanto subrayar que al maestro le toca sacar (de no se sabe qué parte de los alumnos lo que estos ya sabían pero no sabían que sabían) y no meter (en ellos, el conocimiento que no tenían). ¿Que cuánto tiene que saber un maestro? Mucho. ¿Que como tiene que transmitirlo? Muy bien. Usando la metodología que mejor se adapta a cada momento.

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