Llevo un tiempo ocupado en intentar encontrar el sentido de mis pasos. Y leo cosas que me ayuden en la tarea. Una de ellas me llevó al lugar alque siempre llego: los maestros, el aula.
Ya dije una vez que un profesor tiene que ser, necesariamente, un narrador, porque las personas necesitamos escuchar historias.
Pues leí que había un hombre que vivía en una casa, junto a un estanque. Una noche le despierta un gran ruido y se interna en la oscuridad para encontrar su causa. Va en una dirección, en otra, y tras pasar por numerosas vicisitudes termina por perderse. Se cae en una zanja, camina por un terreno pedregoso, tiene que levantar un dique porque el estanque se ha roto y se escapan los peces, y por fin, agotado, regresa a su casa. Pero cuando a la mañana siguiente mira a través de su ventana, ¿qué es lo que ve? Que el rastro que ha ido dejando en ese peregrinar sin retorno ha trazado en la arena el pefil nítido y exacto de una cigüeña. Eso es contar un cuento, hacer ver esa cigüeña imposible. El cuento es de Gustavo Marín Garzo, claro.
Eso quiero ser yo. Porque yo quiero ser profesor. Y contar historias.
Ya dije una vez que un profesor tiene que ser, necesariamente, un narrador, porque las personas necesitamos escuchar historias.
Pues leí que había un hombre que vivía en una casa, junto a un estanque. Una noche le despierta un gran ruido y se interna en la oscuridad para encontrar su causa. Va en una dirección, en otra, y tras pasar por numerosas vicisitudes termina por perderse. Se cae en una zanja, camina por un terreno pedregoso, tiene que levantar un dique porque el estanque se ha roto y se escapan los peces, y por fin, agotado, regresa a su casa. Pero cuando a la mañana siguiente mira a través de su ventana, ¿qué es lo que ve? Que el rastro que ha ido dejando en ese peregrinar sin retorno ha trazado en la arena el pefil nítido y exacto de una cigüeña. Eso es contar un cuento, hacer ver esa cigüeña imposible. El cuento es de Gustavo Marín Garzo, claro.
Eso quiero ser yo. Porque yo quiero ser profesor. Y contar historias.
Pues, ¡ayúdame a terminar esta historia!
ResponderEliminar"un hombre que vivía en una casa, junto a un estanque. Una noche le despierta un gran ruido y se interna en la oscuridad para encontrar su causa. Va en una dirección, en otra, y tras pasar por numerosas vicisitudes termina por perderse. Se cae en una zanja, camina por un terreno pedregoso, tiene que levantar un dique porque el estanque se ha roto y se escapan los peces, y por fin, agotado, se rinde porque ya no puede más y no le quedan fuerzas para encontrar el camino de llegar a su casa. Siente que, frustrado, se está ahogando en su estanque...."
Cigüeñas u otra cosa; pero siempre hay dibujo. Lo que ocurre, a veces, es que falta luz para verlo; los días grises, ya se sabe, todo se ve un poco pardo, entre brumas... Pero bajo esa niebla baja, está. Está aquello que nuesro andar, ha ido dejando impreso: en un corazón, en el aire, en el vecindario..., en tantos sitios... Y el corazón..., el aire, el vecindario..., no serían igual si no hubiéramos caminado por ellos.
ResponderEliminarSuena convincente y reconfortante.
ResponderEliminarPuede parecer que está el dibujo sin acabar porque tal vez le falta la pata a la cigüeña, pero como es una zancuda.... la tiene levantada y escondida en el cuerpo. O es que sólo tenía que salir un vivaracho y diminuto petirrojo, que tampoco desentona al lado del estanque.
O que se ha acabado la tinta para ese trazado y hay que pasar a otro estilo artístico. El acrílico con pincel parece tener un trazo más fácil de visualizar.