En "El valor de educar" (Ariel, BCN 1997) Fernando Savater dice: como individuos y como ciudadanos tenemos perfecto derecho a verlo todo negro. pero en cuanto educadores no nos queda más remedio que ser optimistas, ¡ay!. Y es que la educación presupone el optimismo tal como la natación exige un medio líquido para ejercitarse. Quien no quiera mojarse, debe abandonar la natación; quien sienta repugnancia hacia el optimismo, que deje la enseñanza y que no pretenda pensar en qué consiste la educación. Porque educar es creer en la perfectibilidad humana, en la capacidad innata de aprender y en el deseo de saber que la anima, en que hay cosas (símbolos, técnicas, valores, memorias, hechos...) que pueden ser sabidos y que merecen serlo, en que los hombres podemos mejorarnos unos a otros por medio del conocimiento (...) Con verdadero pesimismo puede escribirse contra la educación, pero el optimismo es imprescindible para estudiarla y para ejercerla.
Me escribe Laura y me dice que le ha dicho el inspector que, una vez que se incorpore de nuevo al centro el alumno al que sancionaron con varios días de suspensión del derecho de asistencia a clase, tendrán que implementar medidas de vigilancia, para evitar situaciones susceptibles de ser catalogadas como bullying. Medidas de vigilancia... ¿Os imagináis que cuando estudiabais Magisterio hubiera venido un profesor a explicar la "implementación, seguimiento y evaluación de medidas de vigilancia"? - Oiga, que Criminología es en el edificio en enfrente... ¿Os imagináis que cambiamos el mapa de competencias del profesor o la profesora de Secundaria para incorporar la competencia de vigilar seriamente, que no existe? ¿Con sus evidencias y todo? Evidencia 1: sabe camuflarse en medio de la multitud de alumnos y alumnas, pareciendo uno de ellos. Evidencia 2: utiliza recursos técnicos que adquiere en "la tienda del espía" o a través de páginas web rusas o armenias. ... Y así ...
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