"Si te preguntas el porqué de las cosas, al final acabas en la física". Lo dice Alberto Casas, investigador del CSIC, en El País, esta mañana.
Según qué porqué te preguntes, diría yo. Hay porqués tan intensos, tan humanos, que terminan en la filosofía. Por ejempo, ¿por qué muchas personas están de mal humor de forma persistente? O ¿por qué no salimos nunca de la crísis, por más que hagamos, o que recortemos, o que nos recorten? A lo mejor terminamos en las neuronas, no sé, pero las estaciones intermedias tendrían que ver con la avaricia, o la infelicidad.
Así que las dos cosas, físicos y filósofos. Para qué elegir.
En cualquier caso, traigo aquí estas ideas porque creo que ésta curiosidad por el porqué es algo que debe acompañar siempre a los maestros. Las cosas que pasan - la tristeza de este niño, la apatía de aquel, el aumento de la ratio alumno - profesor, la última "ocurrencia" del Director... - pasan por algo, y están conectadas a otras cosas, que también pasan - la situación que vive el niño en su casa, que el ministro es sociólogo y en el último aula que pisó los pupitres tenían tinteros, o que el Director vive su trabajo con más presión y menos apoyo de los que necesita -.
Pero las leyes que explican lo que pasa - las cosas primeras y las segundas - son las mismas, dice Alberto.
Así que habrá que preparar clases, corregir exámenes, atender a los padres... y conocer qué mueve al ser humano. Entre la física y la filosofía, extraer el genoma del alma. Esa es nuestra misión y nuestra tarea. Para conocer el mundo. Para poder trabajar con criterio. Para poder vivir.
Según qué porqué te preguntes, diría yo. Hay porqués tan intensos, tan humanos, que terminan en la filosofía. Por ejempo, ¿por qué muchas personas están de mal humor de forma persistente? O ¿por qué no salimos nunca de la crísis, por más que hagamos, o que recortemos, o que nos recorten? A lo mejor terminamos en las neuronas, no sé, pero las estaciones intermedias tendrían que ver con la avaricia, o la infelicidad.
Así que las dos cosas, físicos y filósofos. Para qué elegir.
En cualquier caso, traigo aquí estas ideas porque creo que ésta curiosidad por el porqué es algo que debe acompañar siempre a los maestros. Las cosas que pasan - la tristeza de este niño, la apatía de aquel, el aumento de la ratio alumno - profesor, la última "ocurrencia" del Director... - pasan por algo, y están conectadas a otras cosas, que también pasan - la situación que vive el niño en su casa, que el ministro es sociólogo y en el último aula que pisó los pupitres tenían tinteros, o que el Director vive su trabajo con más presión y menos apoyo de los que necesita -.
Pero las leyes que explican lo que pasa - las cosas primeras y las segundas - son las mismas, dice Alberto.
Así que habrá que preparar clases, corregir exámenes, atender a los padres... y conocer qué mueve al ser humano. Entre la física y la filosofía, extraer el genoma del alma. Esa es nuestra misión y nuestra tarea. Para conocer el mundo. Para poder trabajar con criterio. Para poder vivir.
El genoma del alma..., casi nada! Y cuándo?? Se vive tan deprisa... Es tal el papeleo que nos rodea..., que a los maestros, casi no nos queda tiempo para ejercer de eso; de maestros.Y es que, sea cuál sea el tiempo, al maestro le ha tocado hacer siempre un poco de..., cómo diría yo...,de contrapunto. Vivir el tiempo, pero..., sin permitir que el tiempo arrastre llevándose con él lo importante. Claro que..., cómo se sabe el punto exacto del contrapunto??? Estoy un tanto espesa hoy.
ResponderEliminar