Ir al contenido principal

Preguntas sin respuesta

Con frecuencia lanzamos preguntas a nuestros alumnos.

- "¿Qué es la cebada?"

A veces lo hacemos para ver quién ha hecho los deberes, y al que contesta bien le ponemos un positivo.

A veces lo hacemos para tomar aire, porque llevamos hablando sin parar veinte minutos.

O pasa como a Bego con mi hijo Xavier:

- "La cebada son las alubias que se comen en Asturias".

Y entonces te ríes un rato, a gusto, además.

En cualquiera de los tres casos, la respuesta, como la pregunta, creemos tenerla nosotros.

"Un maestro preguntó: ¿De qué color son las manzanas? La mayoría de los niños respondió: rojas; algunos dijeron: verdes. Sólo un niño levantó la mano con otra respuesta: blancas.

El maestro explicó pacientemente que las manzanas eran rojas, o verdes y, a veces, amarillas, pero nunca blancas.

Sin embargo, el pequeño insistía. Por fín, dijo: mire en el interior".

Este sucedido que recogen Bennet y Goleman (Emotional Alchemy, Londres, 2001) nos enseña tres cosas:

Primera, que cuando hacemos una pregunta, lanzamos un reto. Sabes cómo empieza la cosa, pero no cómo acaba. Y hay que dejar crear.

Segunda, que es mejor lanzar preguntas abiertas que cerradas. A lo mejor es más incómodo, porque de las preguntas abiertas no tenemos la respuesta, pero con preguntas abiertas los niños y los jóvenes crean más.

Y tercera, que lo obvio es a veces invisible para los ojos de algunos de nosotros, maestros miopes.


Comentarios

Entradas populares de este blog

PERSPECTIVA

Manuel Moreno Mauricio viajó a la URSS después de salir de la cárcel de Burgos, donde Franco lo encerró para doblegar su voluntad a base de frío. Lo cuenta Enric Juliana en "Aquí no hemos venido a estudiar", una de esas obras sencillas que le ayudan a uno a entender el mundo. Manuel Moreno sabía que aquel mundo no funcionaba bien, pero era su mundo: era su "esfera". Toda persona humana vive en el interior de una esfera: puede ser inmensa como la cristiandad, puede ser grande y tensa como el movimiento comunista internacional, puede ser intensa como una pequeña nación, puede ser la familia, puede ser el Fútbol Club Barcelona o el Real Madrid, pueden ser los "amigos" de facebook, los seguidores y los trolls de Twitter, pueden ser los seguidores de Instagram, puede ser la saga Star Wars, puede ser un amigo imaginario... Siempre habitamos en el interior de una esfera. Eso pienso yo, también. Por eso creo que lo mejor que podemos dar a los demás es perspectiva....

Medidas de vigilancia

Me escribe Laura y me dice que le ha dicho el inspector que, una vez que se incorpore de nuevo al centro el alumno al que sancionaron con varios días de suspensión del derecho de asistencia a clase, tendrán que implementar medidas de vigilancia, para evitar situaciones susceptibles de ser catalogadas como bullying. Medidas de vigilancia... ¿Os imagináis que cuando estudiabais Magisterio hubiera venido un profesor a explicar la "implementación, seguimiento y evaluación de medidas de vigilancia"? - Oiga, que Criminología es en el edificio en enfrente... ¿Os imagináis que cambiamos el mapa de competencias del profesor o la profesora de Secundaria para incorporar la competencia de vigilar seriamente, que no existe? ¿Con sus evidencias y todo? Evidencia 1: sabe camuflarse en medio de la multitud de alumnos y alumnas, pareciendo uno de ellos. Evidencia 2: utiliza recursos técnicos que adquiere en "la tienda del espía" o a través de páginas web rusas o armenias. ... Y así ...

En Burgos, Saldaña. ¿Dónde mejor?

¿Os imagináis un Colegio desde el que, con el paisaje de fondo de las torres de la Catedral, enseñen a los niños a vivir y a convivir y a disfrutar aprendiendo, con vocación y profesionalidad de las de enmarcar? Pues eso es el Colegio La Visitación de Nuestra Señora. El Colegio "Saldaña" de toda la vida. En Burgos, claro. El pasado miércoles iba yo hasta allá con la idea de aprovechar la visita para comer unas morcillitas en la capital gastronómica española 2013, y me encontré con cuarenta y tantos profesores empeñados, desde el primer día de clase del año nuevo, en ser mejores profesionales cada día, haciendo de cada alumno el centro de sus preocupaciones. Y con un Equipo Directivo que para sí quisiera el BBVA. Volví a mi casa con las pilas cargadas de ilusión, y con ganas de volver. Por las morcillas, también. Pero sobre todo, por ellos.