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Estar donde toca cuando toca

Bilbao, Nueva York, Bilbao es una novela de pescadores, entre otras muchas cosas.

En ella he aprendido que "el barco que está bien colocado es el que más pesca. El barco tiene que estar bien anclado en el mar, firme. Por eso es importante que tenga peso. Cuanto más peso, mayor la pesca."

He pensado en la desafortunada imagen del Colegio como un barco con remos. Ya no hay barcos con remos, pero cuando tenemos que hablar del trabajo en equipo seguimos diciendo la tontería esa (que sienta tan mal, por otra parte) de que tenemos que remar todos en la misma dirección porque estamos todos en el mismo barco.

Nos costará dejar de pensar en barcos, que en la escuela parecemos todos hijos de pescadores, o de navieros, pero podemos cambiar la imagen. Pasar de los remos al ancla. Y esperar que las tormentas que sacuden las aulas, y los pasillos, y los patios, y los despachos, nos pillen a cada uno donde tenemos que estar, con el ancla en su sitio.


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Que el tiempo humano se mide en rachas, y no en años, es una evidencia. Pese a ello, muchas personas -en realidad, casi todas-, celebran el comienzo de año nuevo como si se abriera una etapa nueva en su vida, o en la de los demás. Algunos profesores y algunas profesoras, y también directores y directoras, viven el tiempo como una repetición del ciclo septiembre-junio. Siempre igual, siempre lo mismo. Vete tú a hablarles de previsión, y de planes. Yo quiero ser fiel a la realidad, y mido mi vida en rachas. Pese a ello, en cada Nochevieja tomo las uvas y beso a los míos, porque los quiero, y los veo felices.  La racha en la que estoy empezó con la pandemia, en 2020, y no es la mejor de las que he vivido. En realidad, más que una racha, tengo la sensación de estar viviendo una era. No veo su final. Pero estar, está.

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La cabeza de los seres humanos no siempre está completamente de acuerdo con el mundo en que viven (Saramago, Ensayo sobre la lucidez, página 170). Eso explica que, tres semanas después de la tarde del 20 de agosto, Rubiales no sepa todavía qué hizo tan mal. Eso explica que, pasadas dos semanas de la Asamblea Extraordinaria de la RFEF, Luis de la Fuente siga creyendo que no hay razones para dejar de ser seleccionador. Eso explica que, mes y medio después de las elecciones del 23 de julio, Núñez Feijoo diga que lo democrático es, solo, que se deje gobernar al partido más votado. Solo son tres ejemplos de cómo cabeza de algunos y mundo de todos habitan en lugares distintos. Muchas personas piensan que las cosas son lo que no son (a lo mejor son lo que eran en el momento en el que dejaron de pensar), y eso solo puede provocar dos cosas: a ellas, que vayan por donde no hay salida, o que estén donde no les toca. Y a los demás, algo de vergüenza. Como soy maestro, concluyo que la escuela deb