En la jornada de formación para Equipos Directivos (el programa SARE, organizado por Kristau Eskola y por la Fundación EDE) que tuvo lugar en Berriz el jueves pasado nos ocupó la mirada sistémica.
Me acordaba de aquella drectora que me decía que mal cuando le preguntaba qué tal le iba. Cada una de las cosas que hacía era juzgada con el rasero de la directora anterior, que ya no estaba. "Los que no están, están, empero", dijo Mario Benedetti.
Aprendí tres cosas: una, que cada elemento de un sistema tiene que ser reconocido, aunque no esté. Y que cuando se le invisibiliza, vuelve a aparecer, normalmente creando una disfunción.
Dos, que tengo que cuestionar mi mirada lineal a las cosas que pasan, la cartesiana, la que busca una o dos causas para el mismo efecto. Seguro que hay más.
Y tres, que no se puede entender el ciclo de desarrollo profesional desde una perspectiva individual, prescindiendo del entorno en el que tiene lugar.
Gracias Ander, Itziar, e Isabel.
Me acordaba de aquella drectora que me decía que mal cuando le preguntaba qué tal le iba. Cada una de las cosas que hacía era juzgada con el rasero de la directora anterior, que ya no estaba. "Los que no están, están, empero", dijo Mario Benedetti.
Aprendí tres cosas: una, que cada elemento de un sistema tiene que ser reconocido, aunque no esté. Y que cuando se le invisibiliza, vuelve a aparecer, normalmente creando una disfunción.
Dos, que tengo que cuestionar mi mirada lineal a las cosas que pasan, la cartesiana, la que busca una o dos causas para el mismo efecto. Seguro que hay más.
Y tres, que no se puede entender el ciclo de desarrollo profesional desde una perspectiva individual, prescindiendo del entorno en el que tiene lugar.
Gracias Ander, Itziar, e Isabel.
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