Entre las asignaturas pendientes de la escuela está la de sacar a la luz lo que no se ve. Hacer visible lo invisible.
Las personas que viven en la calle, para entender que no son parte del paisaje.
Las mujeres de las que se olvidaron los periódicos y los libros de historia, para entender que cambiaron las cosas.
Las montañas de plástico que quedan en nuestras playas tras la llegada de los que huyen de la guerra, para entender que ellos son nosotros mismos, en circunstancias invivibles.
Los rostros de los niños que pagan por lo que no hicieron, para negarse a admitir la bondad de una creación en la que los más pequeños son abandonados.
Por eso, cuando, con ocasión del programa, o a pesar del programa, un educador hace visible lo invisible, ayuda a cambiar la mirada de muchos.
Y así, salva el mundo.
Pd: Gracias, Ana
Las personas que viven en la calle, para entender que no son parte del paisaje.
Las mujeres de las que se olvidaron los periódicos y los libros de historia, para entender que cambiaron las cosas.
Las montañas de plástico que quedan en nuestras playas tras la llegada de los que huyen de la guerra, para entender que ellos son nosotros mismos, en circunstancias invivibles.
Los golpes y los gritos que amortiguaron las paredes insonorizadas, para entender que nadie debe soportarlos.
Los rostros de los niños que pagan por lo que no hicieron, para negarse a admitir la bondad de una creación en la que los más pequeños son abandonados.
Por eso, cuando, con ocasión del programa, o a pesar del programa, un educador hace visible lo invisible, ayuda a cambiar la mirada de muchos.
Y así, salva el mundo.
Pd: Gracias, Ana
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