Aunque soy de Bilbao, y con eso debiera bastar, tengo que reconocer que muchas de las mejores cosas de mi vida me han pasado en Madrid. O cerca. Como este tiempo compartido con cincuenta y nueve profesores calasancios y con sus acompañantes. Los calasancios son unas personas extraordinarias, que piensan que educar es suscitar en los niños el amor a la verdad, porque es ella la que educa. Y que se meten cada día en las aulas y en los recibidores donde se encuentran con los padres, y en sus despachos, dispuestos a hacerlo realidad. Me contaron historias maravillosas de profesores que empezaban su clase con dos minutos de música clásica (a ver cuando pones otra vez a Schubert, que a mi me gustó La Trucha), aunque fuera de Mates (¿o porque era de Mates?), de profes de Historia que hacian dramatizar las lecciones, tú, de señor feudal, tú, de campesino, y tú, de rey, que la semana pasada hiciste de vasallo, y la anterior de caballo, que era peor. Y me hablaron de miedos y de ilusiones, muchas más ilusiones que miedo. Y ahí siguen, soñando hacer verdad aquello de dar un día, algún día, la clase perfecta. Pues ya sabéis: método. Y amor.
Manuel Moreno Mauricio viajó a la URSS después de salir de la cárcel de Burgos, donde Franco lo encerró para doblegar su voluntad a base de frío. Lo cuenta Enric Juliana en "Aquí no hemos venido a estudiar", una de esas obras sencillas que le ayudan a uno a entender el mundo. Manuel Moreno sabía que aquel mundo no funcionaba bien, pero era su mundo: era su "esfera". Toda persona humana vive en el interior de una esfera: puede ser inmensa como la cristiandad, puede ser grande y tensa como el movimiento comunista internacional, puede ser intensa como una pequeña nación, puede ser la familia, puede ser el Fútbol Club Barcelona o el Real Madrid, pueden ser los "amigos" de facebook, los seguidores y los trolls de Twitter, pueden ser los seguidores de Instagram, puede ser la saga Star Wars, puede ser un amigo imaginario... Siempre habitamos en el interior de una esfera. Eso pienso yo, también. Por eso creo que lo mejor que podemos dar a los demás es perspectiva....
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