En muchos grupos existe la regla de que una reunión no puede concluir sin que todos los asistentes hayan aportado algo.
En muchos Claustros de profesores existe la regla no escrita de no mostrar excesivo interés, porque si lo haces te acaban encasquetando más trabajo.
También existe la regla de no significarse demasiado, porque nunca sabes.
Y la de no contradecir a algunas personas con experiencia, o con peso.
Y aunque no es una regla, hay muchas personas que no hablan delante de mucha gente, porque qué vergüenza, o que dicen para qué, si tampoco pasa nada si no aportas tu opinión.
Y hay muchos a quienes no les parece importante hablar, porque ya hablan los de siempre.
Y dar voz a todo el mundo es imprescindible si queremos dar a cada persona la seguridad que necesita para que los equipos sean equipos de verdad.
En muchos Claustros de profesores existe la regla no escrita de no mostrar excesivo interés, porque si lo haces te acaban encasquetando más trabajo.
También existe la regla de no significarse demasiado, porque nunca sabes.
Y la de no contradecir a algunas personas con experiencia, o con peso.
Y aunque no es una regla, hay muchas personas que no hablan delante de mucha gente, porque qué vergüenza, o que dicen para qué, si tampoco pasa nada si no aportas tu opinión.
Y hay muchos a quienes no les parece importante hablar, porque ya hablan los de siempre.
Y dar voz a todo el mundo es imprescindible si queremos dar a cada persona la seguridad que necesita para que los equipos sean equipos de verdad.
(cosas que uno piensa releyendo "Cuando las arañas
tejen juntas pueden atar a un león", de Daniel Coyle,
en Conecta, Barcelona 2018)
Comentarios
Publicar un comentario