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Competencias humanas del profesor: trabajar en equipo

Aunque no os guste la Fórmula 1, seguro que no os es ajena la escena de un repostaje. Se llama así, o parada en boxes. Y repostar es solo una de las tareas que se hacen. Además, se cambian las cuatro ruedas, y se limpian las entradas de aire. De entrada, seis tareas, a las que hay que sumar la de dar seguridad al conjunto completo de personas que las llevarán a cabo, y la de dar la salida al conductor una vez que todos los demás han terminado su trabajo. Y todo eso lo hacen veinte personas, en seis metros cuadrados, en siete segundos. Es la imagen con la que yo identifico el trabajo en equipo.

Las Universidades se pasean por nuestros centros reclamando la atención de nuestros alumnos y alumnas. Dicen que, en ellas, nuestros estudiantes van a aprender a trabajar en equipo. Cómo ha cambiado la Universidad. Lo mío, y lo de muchos de los míos, fue un puro esfuerzo personal. De mí conmigo. En cualquier caso, es tranquilizador, porque habremos de inferir que, pegadito a su título de grado, viaja su competencia de trabajo en equipo. A eso se aprende trabajando una serie de habilidades:

1. Saber enfocar los temas desde los comportamientos de las personas y desde los hechos, y no desde la personalidad. Cuando se trabaja en esa clave, pasamos de calificar a analizar, y de juzgar a cuantificar.

2. Saber escuchar de manera activa, hasta cuando eso comprometa las propias posiciones, o buscando comprometer las propias posiciones

3. Saber reforzar los comportamientos positivos, para hacer que más personas se sientan satisfechas con sus aportaciones.

4. Saber relativizar los propios puntos de vista, para favorecer que otros propongan los suyos.

Entre maestros/as y profesores/as, trabajar en equipo es poner en cuestión la frecuencia –cada vez menor, gracias a Dios- con la que hacemos las cosas a nuestra manera dentro del aula. Es abrir el ordenador a las mañanas para ver cuáles son las próximas reuniones . Y prepararlas., claro. Es tener pinchado en el corcho el Plan de trabajo del departamento, o del ciclo, o de la etapa, para saber qué esfuerzos personales exigen los objetivos comunes en cada momento del curso.

Una de las razones por las que en los Colegios no se enseña a trabajar en equipo es que nosotros, los docentes, trabajamos muy poco en equipo, y que, en consecuencia, ni sabemos enseñar ni sabemos convencerles de que trabajar en equipo es bueno, porque no sabemos qué beneficio reporta. Ahí va uno: cuando trabajamos en equipo en el Colegio transmitimos sensación de coherencia, de haber dialogado y acordado acerca de qué es lo principal y qué es accesorio: en política de comunicación externa, a la hora de ordenar a los alumnos trabajo para casa, a la hora de sancionar actuaciones contrarias a la convivencia. Transmitiremos la sensación de que el caso que le hagan a uno, como padre, no va a estar absolutamente mediatizado por quién le haya correspondido como tutor o tutora de sus hijos. Se lo debemos al proyecto que juntos llevamos adelante. Se lo debemos a los alumnos y a sus familias. Se lo debemos también a la sociedad, que primará la adquisición de esta competencia en el acceso a un puesto de trabajo.

Comentarios

  1. Esto de trabajar en equipo es tan fácil decirlo, como no hacerlo.

    Antes se trabajaba por departamentos, que es una modalidad inferior y que tampoco se hace ahora.

    La realidad es que hay que luchar contra la tendencia a encapsularnos en nosotros mismos: "yo, mi, me conmigo y con mi asignatura", que aunque es menos enriquecedor, tiene a favor que no requiere trabajar durante una hora de departamento con nadie más que contigo mismo, por lo que no te lleva nadie la contraria de lo que vas a proponer en clase; tiene en contra que te puedes encontrar dando la materia como se daba en el siglo XX y estamos en el XXI o que seas genial dándola y no transmitas a nadie todas las posibilidades que conoces de hacerlo y se jubilen contigo.
    No hace falta ir a los extremos para entender lo importante que es trabajar en equipo.

    Supone un plus más de dedicación y apertura. Y en la enseñanza nos tienen muy quemados con tantos cambios, siempre a mejor, con lo que nos cogen proclives a imbuirnos en los últimos: ya lo hicimos en los anteriores y con profundidad y dedicación extremas y no debía de ser tan buenos cuando sin acabar de llevarlos a cabo ya llega la siguiente modificación.

    Y es que en la educación siempre hay pluses que dar:
    el de saber lo máximo de tu materia, estar a la última, aplicar las TICs y trasmitirlo como excelente comunicador y sobre todo de forma amena y divertida.
    Lograr el equilibrio de relacionarte de forma cercana con los alumnos y mantener una disciplina adecuada.
    Transmitir rápido y bien a los padres y estar dispuesto a las horas que les venga bien a ellos hablar contigo, porque lo puedes decir como excepción, que conecten contigo fuera de la hora de entrevista, en caso de necesidad especial ¿y cuántos saben distinguir con sus hijos que cosas no son especiales?.
    Vivir los valores que quieras transmitir, porque si no los vives, no los trasmites.
    Soportar que el convenio del año se firme a fin de curso prácticamente y pensarse muy bien la posibilidad de hacer huelga, porque nada esta peor visto que una huelga de servicios y enseñanza.
    Aguantar con buena cintura el escuchar miles de veces la cantidad de vacaciones que tenemos.
    Reconducir a los niños y adolescentes después de las famosas vacaciones porque vienen asilvestrados como animalitos salvajes.
    Un uso de nivelazo con el ordenador y aprendizaje de esquivar los virus, llevando el trabajo de casa al cole y viceversa ¡sin el uso de pendrive! porque se cazan todos los troyanos que existen y se los trasmites por la red al resto del prójimo( eso sí que es fácil trasmitírselo al equipo). Habilidad para trabajar en el aula de informática con toda la clase y consiguiendo que no dejen nada distinto a como lo encontraron y sin averiar (que esto no lo logras tú ni en tu propio PC y trabajando solo). Llevar adelante las normas de conducta en las que se ha quedado para el curso y conseguir que no se te pase ninguna por alto ni en el aula ni en los pasillos.
    Ser feliz trabajando en la enseñanza, porque si no lo eres, te lo notarán en clase todos los días.

    Y seguro que me he dejado algo. Pero así y todo ¡debemos trabajar en equipo!. Pero que nos den de margen un curso entero, lo de los 7 segundos no lo veo más que para los más veteranos, a los jóvenes que llegan a la enseñanza les va a costar un poco más.

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